El escritor alemán Sascha Berst (1964).
Berst, Sascha. Asesinato en el jardín de Sócrates. Trad. de Patricia Losa Pedrero. Algaida. Madrid. 2009 (2008 alemán). 444 pp.
Esta novela histórica es la primera obra de Sascha Berst (1964), un autor alemán poco experimentado, condición que se constata desde las primeras páginas, plagadas de errores de bulto que desafían la paciencia del lector y casi llevan a abandonar la lectura.
Los errores de redacción, con palabras incongruentes, frases sin sentido o sujetos que no concuerdan con el verbo, son muy numerosos pero achacables a una traducción o una revisión de edición apresuradas (ya la portada es un dislate, pues data el asesinato en 404 aC cuando en la novela es evidente que ocurre en 408).
Los errores de lógica de la trama no son menos abundantes, con hechos, escenas y diálogos que desafían el sentido común y construyen unos personajes poco creíbles, en especial el protagonista, Nicómaco, que puede parecer un retrasado mental por su resistencia a reconocer y prevenir lo evidente.
Los errores históricos, dado el género, asombran por su acumulación y gravedad, como cuando el autor nos describe las caminatas de los protagonistas por la Atenas clásica y reconocemos enseguida que se inventa gran parte de la localización y la descripción de las calles y monumentos (incluso se atreve a deformar la Acrópolis y sus templos), pese a que hay mapas y estudios muy precisos que hubiera podido usar, o cuando desconoce muchos de los aspectos fundamentales de la sociedad ateniense y sus instituciones, hasta llegar al extremo cuando toca la organización de los arqueros y el Estrategion, aunque son dos puntos fundamentales en la trama, o caer en el absurdo de meter en la trama un velero y su capitán “persa” (repite a menudo su condición nacional por lo que no puede ser un error involuntario). El autor intenta remediarlo al incorporar algunas de sus licencias más llamativas en un epílogo (páginas 427-429), pero hubiera sido mejor que las hubiera evitado en la novela y no se entiende que no las hubiera advertido antes.
Finalmente decir que la trama policíaca no tiene intriga ni lógica como tal, que el salto temporal del 408 al 404 no está bien construido literariamente, y que el título mismo de la novela resulta engañoso porque no tiene relación con el argumento y se ha inventado para el reclamo comercial. En suma, esta novela puede haber requerido un gran esfuerzo pero el resultado es muy insuficiente.
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